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Vaya por delante como PRIMERA PREMISA que la ingesta de cualquier bebida alcohólica antes o durante la práctica deportiva es contraproducente: afecta el rendimiento, disminuye la tolerancia al esfuerzo, favorece la deshidratación y compromete la recuperación.

En este artículo se debatirá sobre si la ingesta de cerveza procede para nuestro organismo después de practicar deporte y si es una buena opción para considerarse válida como rehidratación post-esfuerzo. Ya podemos adelantar que se ha demostrado en múltiples artículos que la cerveza tras el deporte no es perjudicial, sino que es beneficiosa en individuos adultos sanos, y que el consumo debe ser moderado y responsable.

La cerveza es una bebida de bajo contenido alcohólico resultante de la fermentación de una mezcla de agua, levadura, malta de cebada y lúpulo. Aporta de media 40-45 calorías por 100 ml, es decir, 90 calorías por caña (200 ml) y 135 calorías por botella o lata de 330 ml. La composición media de agua es del 94%, y entre sus componentes aporta sustratos metabólicos, nutrientes, vitaminas, minerales, fibra y antioxidantes que sirven para recuperar las pérdidas hídricas ocasionadas por el deporte, además de poseer su propio interés nutritivo, con lo cual se convierte en una bebida-alimento con propiedades saludables.

Evita el estreñimiento, se asocia a una disminución del colesterol malo, ayuda a aumentar la densidad ósea al disminuir la osteoporosis, el riesgo de sufrir un problema cardiovascular es menor que en los abstemios, retrasa el envejecimiento celular, nos ayuda ante las enfermedades neurodegenerativas, ayuda a prevenir algunas formas de cáncer, favorece la respuesta inmunitaria, disminuye el riesgo de padecer una úlcera de estómago, es diurética y apta en dietas hiposódicas, está incluida dentro de la dieta mediterránea, la Sociedad Española de Nutrición comunitaria la incluye en la Pirámide de la alimentación saludable, previene la anemia, reduce el estrés y facilita el sueño, etc.

En líneas generales, y dada su composición, se ajusta bastante bien a lo que puede considerarse una bebida ideal para la rehidratación después de practicar deporte. Es una buena opción, aunque no la mejor.

Si repasamos los múltiples artículos al respecto del consumo de cerveza después de practicar deporte, nos encontramos con conclusiones tales como que ayuda a recuperar el músculo con agujetas, la frescura y las burbujas de la cerveza ayudan a calmar la sed, una o dos cervezas son tan saludables como el agua y que la posibilidad de padecer una enfermedad cardiovascular en personas que no beben cerveza es mayor a la de cualquier persona que consume moderadamente.

Lo ideal sería la reposición de líquidos en forma de agua o de bebidas isotónicas mientras se practica el deporte y no dejar toda la responsabilidad de la rehidratación al consumo de cervezas. Pasados ​​30 minutos desde que inició la práctica deportiva, es necesario reponer líquidos, y después de una hora resulta imprescindible. Es recomendable beber de 6 a 8 mililitros de líquido por kg / peso y hora de ejercicio, lo que equivaldría a 200 ml cada 20 minutos. La temperatura de la bebida debe oscilar entre los 15 y 20 grados. No es recomendable beber más de lo necesario.

Estudios sobre el CONSUMO MODERADO DE CERVEZA han demostrado que no se ha encontrado ningún efecto que haga desaconsejable el consumo moderado de cerveza después de la práctica deportiva. Al contrario, la cerveza permite recuperar las pérdidas hídricas y las alteraciones de diferente tipo determinadas por el ejercicio, al menos en la misma medida que lo hace el agua. Aquí llegamos a la SEGUNDA PREMISA, el consumo moderado y responsable de alcohol en individuos adultos sanos en dosis diarias de 10 a 12 gramos de etanol en mujeres, que equivale a una cerveza, y de 20 a 24 gramos en hombres, que equivale a dos cervezas, aporta aspectos positivos para nuestra salud.

Según la OMS, el consumo máximo recomendado es de 30 gramos de alcohol diario para hombres y de 20 gramos para mujeres. Para calcular el contenido en gramos de una bebida alcohólica, se aplica la siguiente fórmula:

gramos alcohol = volumen (expresado en cc) x graduación x 0,8

100

El efecto puede llegar a ser totalmente adverso si su consumo no es moderado.

En el caso de embarazadas, de menores y de personas en tratamiento farmacológico, la variedad de cerveza SIN alcohol también es una buena opción para la rehidratación después de practicar deporte, dado que aporta escasas calorías y se incluye en algunas dietas de adelgazamiento.

Debemos destacar que el consumo moderado diario es saludable y no debe sustituirse por la ingesta de una sola vez los fines de semana. Esta no sería una práctica saludable.

La cerveza NO engorda, aporta pocas calorías y no contiene grasas. El mito de la barriga cervecera es totalmente falso.

El consumo moderado de cerveza después de practicar deporte no es la mejor opción, pero sí una buena opción. Podemos entender como consumo moderado dos cervezas para los hombres y una para las mujeres. Con tres y dos cervezas, respectivamente, estaríamos fuera de los límites recomendados.


Dr. JM Florista

Traumatólogo
Diplomado en Medicina Deportiva